Como primera estupidez del día, vamos a hablar de un 'gran' invento japonés. Todas sabemos que los japoneses adoran la tecnología, eso no es noticia pero que la pongan al servicio del amor verdadero, sí.
El gran invento es un sujetador imposible de desabrochar si no percibe verdaderos sentimientos de amor. En cambio, si la portadora está enamorada, se abre de par en par automáticamente en cuanto la pasión aflora.
Ni os digo los aprietos que nos puede causar con solo que el sentimiento de amor 'verdadero', aunque sea simplemente platónico. Ves al hombre por el que suspiras, se te acelera el pulso y... ¡zas, sujetador abierto de par en par!
Os preguntaréis, ¿cómo funciona el ingenio?... Fácil. El sujetador está conectado por bluetooth al móvil de la portadora y envía una serie de datos que el dispositivo analiza. Hay un sensor colocado en las copas que detecta el ritmo cardiaco y las cantidades de catecolamina (un grupo de sustancias como adrenalina, noradrenalina y dopamina) que genera la chica. Si están por encima de la media, ¡hop! Se abre como las cuevas de Ali Babá sin palabra mágica alguna.
¡Ay! ¿Dónde quedan esos momentos tensos en los que el chico no se apañaba para desabrocharlo y nosotras podíamos, en esos instantes eternos, calibrar la pericia del futuro amante?...
Como segunda estupidez, tenemos la campaña que ha surgido en Twitter #sobaquember o #Sobaquary, una iniciativa que pretende romper con los prejuicios sociales y demostrar que una mujer sin depilar no tiene por qué denotar suciedad.
Una de las precursoras de esta corriente fue Sophia Loren, en la década de los años 50, por lo que esta polémica no es nueva. De hecho, hay numerosas estrellas que a lo largo de su carrera han posado al natural, dejando de lado la cuchilla o la cera depilatoria. Una de ellas es Julia Roberts, que en unas vacaciones en Hawái. donde descansaba tras la promoción de la película 'Comer, beber y amar', los paparazi captaron el momento en que salía del mar y dejaba ver sus axilas pobladas de pelo. En 1999, Julia ya pasó por una situación similiar, donde dejó ver sus sobacos sin depilar durante el estreno del filme 'Notting Hill' cuando lució un vestido sin mangas y levantó el brazo para saludar al público.
Por último, tenemos el nuevo invento contra las arrugas: El veneno de abeja (apitoxina) se ha convertido en un ingrediente básico en las terapias de belleza más revolucionarias. Este tratamiento que está causando furor en todo el mundo, consiste en inyectar el aguijón del insecto directamente sobre la piel del rostro.
Aseguran que aplicado en tratamientos de instituto de belleza o cosméticos de uso doméstico, activa la circulación de la sangre, ayuda a reparar las células y aumenta la producción de colágeno aportando una gran elasticidad cutánea. Destacan además sus propiedades para actuar de barrera contra los radicales libres, así como sus capacidades regenerativas que ayudan a la reparación de las células, con lo que la dermis se reafirma y rejuvenece notablemente.
No me extraña que los agricultores estén preocupados por la desaparición de las abejas, si ahora las utilizamos para aguijonearnos la cara. Con tanta estupidez no tendremos arrugas en la cara, pero tampoco melocotones o tomates en el campo ni en la mesa.
1 comentario:
Sinceramente, no sé cual de las tres "modas" es más estúpida.
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