
Porque su invierno es nuestro verano y cuando aquí empezamos a soñar con la playa, el sol y el calor, ellos empiezan a acariciar su siempre cálido invierno.

Oro, plata, morado y negro, palabras de honor y transparencias, la elegancia de los vestidos que llegan al suelo y la de los escotes tentadoramente infinitos; así son las noches de invierno en Brasil y así queremos sentirlas nosotas en verano: luminosas, deslumbrantes, seductoras, elegantes y atrevidas.
Tras eso que venga el invierno cuando quiera pero si viene vestido por "Alphorria" seguro que nos es menos duro y sus noches muchísimo más calidas.
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