
Mucho ha llovido desde entonces y ahora vuelvo a sentir vergüenza de esas personas ya creciditas que no saben estar diez minutos sin hurgar en su smartphone. Me resulta ridículo verlas en el autobús, en la consulta del médico o andando solas por la calle dándoles a las teclitas. Me dan a la sensación de que esas personas todas las edades y género no podrían salir de casa sin su necesitado apéndice. Y esa alteración, obsesión o enfermedad ya tiene nombre: "Nomofobia" o lo que es lo mismo, terror a salir de casa sin tu móvil o tablet o a que esta alta tecnología se queden sin batería.
No hay más que entrar en el metro o en el autobús para comprobar que la mayoría de las personas que solían llevarse un libro o un diario para leer durante su trayecto, han decidido pasarse a leer las actualizaciones de Twitter, Facebook o mandar WhatsApps a todo bicho viviente.

Esta enfermedad, cada año más extendida, produce entre sus principales víctimas ansiedad, inestabilidad, irritabilidad, falta de concentración y estrés. Cada persona afectada en grado alto, a lo largo del día, puede llegar a consultar una media de ¡150 veces! su smartphone y un 73 % de los usuarios ha considerado que en caso de perder el móvil entraría en pánico. Vamos, ¡de locos!...

Por lo tanto, si tienes alguno de estos síntomas, deja el móvil en casa y descansa en un sitio de estos. Te aseguro que hay vida después de Facebook, Twitter, Tuenti, Instagram y WhatsApp.
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