COMODA EN CASA

Hay muchas mujeres que, en casa, están con la misma ropa con la que salen a la calle. Yo no soy de esas por lo tanto vamos a pasar de hablar de la elegancia de los 50 a la comodidad de andar por casa en el S.XXI .

 

Esta manía de cambiarme de ropa al llegar a casa, me la inculcó mi madre desde jovencita; no hacía falta ir hecha una zarapastrosa ni tampoco llevar puestas las mejores galas para estar leyendo o escribiendo tumbada en la cama. Por eso, cuando me casé, mi ropa de casa de convirtió en túnicas hasta los pies de seda o de algodón, que hacía que trajesen de todas las partes del mundo o compraba en las ferias de Asia o Africa de 'El C.I". Como mi casa era una casa abierta en la que entraba todo bicho viviente, ya fuesen amigos que 'pasaban por delante' o vecinas que venían a pasar el rato, con ellas siempre estaba cómoda, presentable y, dentro de lo que cabe, elegante.

 

Actualmente, sigo manteniendo esa costumbre pero, desde hace algunos años, prefiero la indumentaria casera tipo chandals -pantalones de punto y las camisetas anchas o sudaderas y chaquetas de punto- con la que me siento más a gusto.

En verano, cuando el calor aprieta, los vestidos largos o cortos que compro en "Enfasis" de El Corte Inglés son los que más utilizo. En la rebajas de verano he llegado a comprar 3 por 19,90€. El mes que viene iré por más.

 

Si queremos darle al 'coco', también podemos diseñar nuestro propio look más sofisticado y exclusivo combinando leggins de Oysho, camisetas de Victoria Secret y sudaderas de Diane Von Furstenberg - si es que nos gustan las marcas- o lanzarnos directamente sobre la colección  'HomeWear' de Adidas By Stella MacCartney. Vosotras elegís. Tampoco creáis que esta marca es tan super cara y tiene cincuenta formas distintas de combinar.
¡Cómodas, si; coquetas y arregladas, también!