Para las mujeres de todo el mundo, de cualquier región, cultura, credo o condición económica, mantener una relación de pareja supone un grave riesgo de sufrir agresiones físicas o sexuales. Tan grave como que una de cada tres mujeres mayores de 15 años ha sufrido este tipo de violencia por parte de algún marido, novio, amante o expareja. En algunas regiones, ese porcentaje pasa del 30% global hasta el 38% de la población femenina.
Una pandemia de violencia y asaltos sexuales consentidos por las sociedades y los gobiernos de todo el planeta que ofrece más datos aterradores: si una mujer muere asesinada, en un 38% de las ocasiones el responsable de su muerte ha sido su pareja.
No conviene confundirse con el dato, ya que no se trata de una cifra media elevada por culpa de países poco desarrollados; más bien al contrario, ya que el porcentaje de asesinadas a manos de sus parejas alcanza el 45% en EEUU y el 54% en Reino Unido. El informe identifica 'pareja' como “esposo, pareja de hecho, novio o amante, o exmarido, expareja, exnovio o examante”.
No conviene confundirse con el dato, ya que no se trata de una cifra media elevada por culpa de países poco desarrollados; más bien al contrario, ya que el porcentaje de asesinadas a manos de sus parejas alcanza el 45% en EEUU y el 54% en Reino Unido. El informe identifica 'pareja' como “esposo, pareja de hecho, novio o amante, o exmarido, expareja, exnovio o examante”.
Además, a nivel mundial, el 7% de las mujeres han sido agredidas sexualmente por una persona distinta de su pareja (11,9% en África, 12,6% en los países ricos, 10,7% en Latinoamérica, 4,9% en el sudeste asiático).
Cruzando todos los datos, el 35% de las mujeres del planeta mayores de 15 años ha sufrido alguna vez violencia física de su pareja o una agresión sexual por parte de otra persona, unos 920 millones de mujeres en todo el mundo. La media de los países ricos es de 32,7% y del 36,1% en América Latina.
El informe de la OMS acaba remarcando que 600 millones de mujeres viven en países en los que la violencia conyugal no se considera delito.
Con los datos expuestos, debo remarcar que, pese a estar convencida de lo contrario, las mujeres que vivimos en países 'ricos', más desarrollados cultural y económicamente, es donde las mujeres -con más derechos y libertades que el resto- sufrimos mayor maltrato y somos más agredidas sexualmente. Eso demuestra que no es solo educación, aquí hay algo más, mucho más serio y más difícil de erradicar. ¿Algo genético?...
Hablamos mucho de las mujeres de Africa y de América Latina, pero nosotras -las independientes y preparadas mujeres de los países super 'civilizados' y desarrollados- no dejamos de estar en el mismísimo centro del huracán maltratador, violador y asesino.
6 comentarios:
¡¡¡A-CO-JO-NAN-TE!!! No hay nada genético, Dovel, es falta de E-DU-CA-CI-ON.
Vecinos, amigos, familiares, todos debemos de estar alertas ante los signos de maltrato a la mujer.
Especialmente importante somos los hombres, que debemos denunciar, indignarnos y expresarlo en todo momento, y si son futbolistas o deportistas, mucho mejor. Que sus "ídolos" metan el dedo en la llaga y recriminen ese comportamiento creo que desconcertará al macho maltratador.
Os lo digo porque he oído a mucho burro abrir la boca para soltar animaladas sin ton ni son. Yo siempre les intento tapar la boca pero lo que opine yo les importa una mierda, a lo mejor si lo dice Nadal, Alonso, Casillas, Messi o Ronaldo... les llega más adentro.
Es cierro, este es un problema directamente conectado con la educación. Se ha reconocido siempre al hombre como "el que trabaja para traer el sustento y bienestar" en la familia, y a la mujer como "la que se debe encargar de la familia, su cuidado, el de la casa y el bienestar del padre/esposo".
Ya sé que eso parece haber pasado a la historia, pero el caso es que el problema en lugar de disminuir parece que va creciendo y eso es lo más preocupante que nos puede hacer dudar que la culpable no sea la falta de educación.
Hubo un tiempo en que las mujeres se lanzaron a trabajar fuera de casa y contribuían pero ADEMAS se encargaban de los niños y la casa porque ese es "su rol principal" y empezaron los adelantos por una parte y los atrasos por otra.
La cultura patriarcal aderezada con la religiosa que siempre deja en manos del hombre "el cuidado" de la esposa... es lo que tiene y lo que trae.
Estamos dando pasos atrás ayudadas por unos gobiernos que pagan más al hombre que a la mujer por un mismo trabajo, y como encima hay pocos trabajos, a la hora de tener que escoger entre cual de los dos se pone a trabajar mientras el otro se queda en casa, no hay lugar a dudas EL sale y ELLA se queda. Esto es una forma más de devolvernos a los años 50 con el consabido "la mujer la pata quebrada y en casa".
Es educación, pero también labor de los gobiernos que deberían defender la igualdad (no solo de boquilla) y de la justicia que debería aplicar penas mucho más duras.
A buenas horas viene la alerta de OMS, cuando es pandemia y desde hace mucho, mucho tiempo.
Todas las mujeres somos agredidas, en mayor o menor medida, a lo largo de nuestra vida (ya sea con el "cállate que no sabes lo que dices" o "promociono a tu compañero que vale menos pero no se quedará embarazado"), pero las que sufren violencia severa física y/o psicológica tienen secuelas de por vida.
¿Y qué decir de las pobres que tienen la desgracia de nacer en países donde ser mujer es en sí peligroso para la salud, donde pueden ser agredidas por cualquier hombre, o por varios, con cualquier excusa?
Lo siento pero es de una hipocresía insoportable que se lancen llamamientos contra la violencia de género, mientras por otro lado se refuerzan los pilares de la sociedad patriarcal misógina, o se apela al "relativismo cultural" para no condenar como violación de los derechos humanos la violencia contra las mujeres, tal como hace el gobierno de España y muchos otros.
El llegar a conseguir el 100% de la erradicación de la violencia a las mujeres en el mundo es una utopía, pero la lucha por ir haciendo que disminuya y cada vez haya menos tiene que ser el gran objetivo hasta crear una cultura donde sea inadmisible el mal trato; para ello las religiones deben dejar de ser machistas (la católica por supuesto también lo es) y los niños y jóvenes se eduquen en el respeto y la igualdad de la mujer para que los hombres y las mujeres del mañana cambien. Además de crear una legislación favorecedora de las políticas de igualdad y sancionadora de los comportamientos contrarios a ello. Solo así lograremos bajar esos índices estremecedores.
He leído muchos artículos sobre los espeluznantes episodios de violencia que padecen las mujeres en los países árabes o en Africa, y me alucina lo rápido que vemos la paja en el ojo ajeno y lo que nos cuesta situar esa capacidad de análisis en nuestro ambiente más cercano.
Sin salir de las fronteras del Estado español, podríamos calificar esta primavera, que acaba de terminar, como la primavera de los horrores, porque practicamente cada día salía a la luz un nuevo asesinato de una mujer por violencia machista.
Hay quien lo compara a las muertes por accidentes laborales o mismo a las defunciones por accidentes de tráfico, pero estamos hablando de que un hombre mata a una mujer por el simple hecho de que se considera su poseedor, de que quiere venganza o de que siente ultrajada su masculinidad. La epidemia no la constituyen las muertes constantes de mujeres por estas causas, sino que la verdadera epidemia es el machismo que sigue presente (y hasta incluso reforzado) en los llamados países desarrollados, tal como refleja este informe.
Este machismo celtibérico no tiene el componente integrista que solemos rechazar, pero mata de la misma manera que lo hace en Kabul o en el Congo.
¿Donde está el programa en TVE con el título "Lucha contra el Machismo" o similar, un programa que debería ser transmitido en lugar de "Corazón" (estupidez)? ¿O el de Tele5 en ligar de la bazofia de "Salvame (cutrez barriobajera)?...
Con indicar un numero de teléfono para las mujeres maltratadas no es suficiente, hay que concienciar y educar a la sociedad, a las mujeres y a esos malditos machistas.
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