Últimamente vemos que el Aloe Vera está presente en el suavizante para la ropa, en el detergente para los platos y no digamos en múltiples geles y jabones del aseo personal.
Desde hace mucho tiempo sabemos que esa planta posee grandes y variadas propiedades curativas. Sus múltiples usos son debidos a su variada composición, y es importante conocerlos porque puede ayudarnos a solucionar pequeños percances en nuestro hogar como quemaduras, rozaduras o ampollas.
En general el Aloe Vera es un regenerador celular. Es una especie vegetal de la familia de las Liliaceas, donde también se encuentran variedades tan dispares como la cebolla y el ajo; pero de ahí a que nuestro suavizante o detergente sea mejor por llevar Aloe Vera va un trecho. El marketing es así.
Lo que no podemos negar es que esta planta es perfecta para desordenes cutáneos, cicatrización de heridas, quemaduras, rozaduras, ampollas, ulceraciones, picaduras de insectos, hematomas, erupciones alérgicas, manchas y costras en la piel y labios, herpes, psoriasis, eccemas, dermatitis, seborrea, urticaria, acné, piel atópica, pie de atleta, hongos, hemorroides, prurito anal, infección vulvar y vaginal, etc… Además alivia el dolor y la inflamación.
¿Acaso os parecen pocas propiedades?
Basta con cortar un trozo de la planta, extraer su líquido viscoso del interior y aplicarlo sobre la zona a tratar. Más fácil y natural imposible.
Esta planta es muy fácil de cuidar, necesita poca agua y vive tanto en interior como en exterior, por lo tanto si queréis tener una farmacia en casa, poned una en un rincón con mucha luz y ventilado. Es resto es cortar y aplicar.
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