
En los años 20, como reflejo de los cambios que originó la primera guerra mundial en la situación de la mujer europea, algunos sectores femeninos minoritarios de la elite y de sectores medios que tenían oportunidad de viajar y de leer, adoptaron ciertos comportamientos y actitudes que estaban reñidas con el ideal virginal y ascético de mujer. La sofisticación en el vestir, la coquetería, los deportes, las inquietudes intelectuales y artísticas de este segmento social, encontraron resistencias, censuras y burlas tanto de la prensa católica como de sectores tradicionales de la sociedad.
La Iglesia, heredera de la tradición patriarcal, si bien "elevaba" y reubicaba a la mujer en la sociedad al concederle la condición de reina del hogar y educadora por excelencia, era muy explícita en cuanto a su inferioridad y sometimiento ante el hombre. La supuesta inferioridad se reforzaba con una legislación que hacía de la mujer casada y soltera una dependiente del hombre, tanto en el manejo de sus bienes económicos como en su condición jurídica y política.
La Iglesia declaraba que la mujer era semejante al hombre en naturaleza y dignidad pero, a renglón seguido, afirmaba: "es inferior al varón y le debe sujeción y obediencia. "El principal deber de la esposa es "respetar a su marido porque es superior. Obedecerle, porque la obediencia se le debe al superior". El esposo, por su parte, debe "cuidar que su esposa cumpla sus obligaciones cristianas y corregirla cuando falte a ellas".

En los 'felices 20', la educación femenina de las clases altas, aunque comprendía numerosas asignaturas, era superficial y apuntaba a preparar excelentes amas de casa. La mayoría de los colegios femeninos para los sectores ricos contaban con un internado. Éstos cumplían una función de control y vigilancia sobre la vida de las jóvenes en edades en que la sexualidad y la rebeldía podían crear problemas a los padres.
Hacia los años 30 la mayoría de las naciones desarrolladas habían reconocido el derecho al voto femenino, salvo Suiza, que no lo aceptó hasta 1970. El objetivo principal de las sufragistas se había logrado y las reivindicaciones de las mujeres pareció entrar en fase de recesión.

Las feministas, sufragistas, es decir las mujeres, de principios del XX pusieron énfasis en los aspectos igualitarios y en el respeto a los valores democráticos. Era un movimiento basado en los principios liberales que costó muchos años conseguir.
En los Estados Unidos de los años 30, pese a la gran recesión, la mujer conquistó nuevas cotas de libertad. Mayores derechos civiles: el voto y poco más junto con los tontos derechos de tener libertad para tomar baños de sol, practicar deporte, y libertad a la hora de vestir con prendas más amplias y cómodas durante el día. En Europa el cambio fue más profundo.
¿Os imagináis como era una sociedad en la que tomar el sol se dictase como un derecho?... Parece mentira, pero mejor callar... la sociedad española de diez años después casi fue peor.
En España con la caída de la República, que en 1933 dió el voto y la igualdad a las mujeres, y la llegada de los 40 años de dictadura franquista retrocedimos a situaciones más atávicas que las relatadas y hasta 1977 no recuperamos la 'casi' igualdad con las mujeres europeas y norteamericanas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario