Yves saint Laurent, 'el diseñador que amaba a la mujer' decía: "Les femmes qui suivent de trop près la mode courent un grand danger. Celui de perdre leur nature profonde, leur style, leur élégance naturelle."
Yves Saint Laurent también decía que solo lamentaba una cosa: no haber inventado los vaqueros. Puede que parezca un capricho de niño mimado, pero hay que tener en cuenta que las conquistas del “principito” de la moda son más que importantes y están todas dentro de nuestros actuales armarios.
Vamos a darle un repaso:
En 1930, Marlène Dietrich fue la primera mujer en enfundarse en un traje de hombre, desafiando las reglas de la época, para rodar la película 'Marruecos'. Y el traje dio mucho que hablar, pero no pasó de ahí.
En 1962, Yves Saint Laurent consiguió que lo aceptáramos. Diseñó su primer esmoquin para Catherine Deneuve. Tras haber lanzado su propia marca, el esmoquin se convirtió en una de sus piezas estrella. En 2006, incluso se dedicó una exposición completa dedicada a esta pieza que, desde esa fecha, apareció en todos sus desfiles.
También ese mismo año de 1962, Yves Saint Laurent se apropió de las gabardinas masculinas. Con ese toque varonil, encajaban perfectamente dentro del vestuario que él empezaba a crear. Y aunque es verdad que a Burberry le debemos la gabardina que la diseñó en 1914, fue Yves Saint Laurent el encargado de ponerla sobre los hombros de las mujeres.
Cuatro años más tarde, en 1966, Yves Saint Laurent llegó todavía más lejos, apropiándose de la clásica y varonil sahariana y convirtiéndola en una excelente y cómoda prenda femenina. haciendo de esta chaqueta varonil una prenda femenina. A lo largo de tres años, el modisto presentó la sahariana en sus colecciones. En 1968, incluso le inspiró una colección entera, “África”. Y un año más tarde, en la inauguración de su boutique, posó con Betty Catroux y Loulou de la Falaise con una sahariana puesta.
Nunca nadie, antes de Yves Saint Laurent, había presentado un pecho al mundo. Eso sucedió en el revolucionado Paris de 1968. Yves Saint Laurent imaginó un vestido lo más libre posible, que mostrara el cuerpo de las mujeres sin limitarlo y ahí nacieron las primeras transparencias.
Francia entró en cólera. La sociedad cambiaba a golpe de adoquines pero no estaba preparada para ver pechos femeninos en las pasarelas. Su colección de aquel año armó tal escándalo que las revistas norteamericanas se negaron a publicar las fotos. Pero el diseñador siguió jugando con sus muselinas y gasas transparentes para magnificar el talle y el pecho de sus modelos.
En 2010, Laetitia Casta quiso homenajear a Yves Saint Laurent en la ceremonia de la entrega de los premios César luciendo un vestido completamente transparente que lógicamente llamó la atención, pero ya no escandalizó a nadie. La forma en que ese vestido eclipsó sin escandalizar es la prueba definitiva de que, 52 años después, las creaciones de Yves Saint Laurent rompieron con muchos o todos los moldes.
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