-CARÁTULA DEDICADA A LA MUJER AFRICANA. UNA DE LAS MUJERES MÁS OPRIMIDAS, MÁS MALTRATADAS, VEJADAS Y MENOS RESPETADAS Y VALORADAS POR SU SOCIEDAD; PERO, POR DESGRACIA Y VERGÜENZA, HAY MUCHÍSIMAS MAS-

jueves, 1 de mayo de 2014

¡OJO, QUE LLEGA EL INVIERNO!

No, no me he vuelto loca. Aún no ha llegado el verano y ya estoy con la mirada puesta medio año adelante. El título es solo culpa de los diseñadores, sobre todo de Elie Saab y su colección de otoño-invierno.

Este magnífico diseñador, que aprendió él sólo sin ayuda de ningún maestro o mecenas, comenzó su negocio en un pequeño taller de Beirut. 

En 1982, a sus 18 años, en pleno apogeo de la guerra civil de Beirut, Elie Saab lanzó su propia marca de modas, presentó su primera colección de ropa, abrió su primera tienda e inauguró un pequeño taller donde confeccionaba vestidos de novia. Estos últimos le dieron el primer reconocimiento mundial.
Actualmente su taller principal está en el Líbano, aunque también tiene talleres abiertos en Milán y en Paris. 

Este diseñador cuyo nombre suena a los grandes desfiles de París o Milán y a la alfombra roja de los Oscar, a Alta Costura con mayúsculas y a los vestidos con los que sueñan las mujeres de todo el mundo. 

Elie Saab ha elaborado sus diseños y llevado su vida a su manera, en solitario, tal como le ha salido de dentro; una historia y una vida que ahora queda reflejada en un libro, a través de las fotografías de Laziz Hamani, de cada una de sus etapas de gran diseñador que se ha hecho a sí mismo.

El talentoso autodidacta comenzó a muy temprana edad dentro del mundo de la moda y desde el primer momento se distinguió por su estilo de máxima feminidad máxima y elegancia al límite.

La elegancia es una declaración, una actitud. Las mujeres elegantes son mujeres de carácter, con confianza. Mis diseños no las hacen elegantes, ellas son así., asegura Elie Saab en su libro.

En su última colección la elegancia brota a raudales de cada uno de sus diseños donde brillan las pieles, el terciopelo, las sedas, los encajes y las antelinas. El color vino, junto con el negro, dominan la pasarela en la que también aparece su clásico color rosa junto con los tonos verdosos y los grises degradados hasta el rosa.

Largos abrigos, pantalones rectos tobilleros, chaquetas ajustadas a la cintura y vestidos, largos y cortos, drapeados y con amplias aberturas laterales, conforman una colección tan elegante como sofisticada y femenina.

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