'BENDITO' RECICLAJE

Si hay algo que a las mujeres, bueno a las familias, nos ha complicado la vida y convertido nuestras cocinas en un perfecto escaparate de cubos de basura es el reciclaje.

 

El vidrio, los cartones, el plástico, residuos orgánicos, inorgánicos... ¡Cinco contenedores como los que tenemos en la calle! Y nuestras cocinas son mucho  menos anchas -¡donde vamos a parar!-, por lo tanto cuando no te la pegas con el del vidrio, te la arreas con el del plástico. Todo un poema.

Y luego viene la pregunta "¿y la caca del gato donde va?" o "¿y la ceniza?"... Te haces un lío y vuelcas el cenicero en los plásticos. Perfecto, ahora toca limpiar y arreglar el estropicio.

 

Yo lo tengo solucionado con un cubo enorme de 40 litros -sin sensor, de los de dedito o codito- y otro pequeño al lado. Ambos, muy monos, de acero inoxidable, pero que molestan allá donde los ponga. En la alacena hay otros dos recipientes más destinados al vidrio y al plástico y lógicamente una bolsa para los cartones.

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Ahora estoy pensando en cambiarlos y poner uno de tres compartimentos, pero eso me obligará a sacar y meter el 'tricubo' cada vez que necesite coger un bote de tomate y va a ser peor el remedio que la enfermedad.

 

Como comentaba ayer en el tema vestidores, el espacio te soluciona muchos problemas, pero justo eso es lo que nos falta a muchas.
Si yo tuviese la cocina que tenía en la otra casa, podría disfrutar de cinco y hasta coleccionar cubos de basura de distintas formas y tamaños y, encima, sin tener ninguno a la vista, pero eso pertenece al pasado; ahora lo que toca es... ¡saltar cubos en plan gymkana y reciclar! Y en eso estoy.