-CARÁTULA DEDICADA A LA MUJER AFRICANA. UNA DE LAS MUJERES MÁS OPRIMIDAS, MÁS MALTRATADAS, VEJADAS Y MENOS RESPETADAS Y VALORADAS POR SU SOCIEDAD; PERO, POR DESGRACIA Y VERGÜENZA, HAY MUCHÍSIMAS MAS-

miércoles, 11 de diciembre de 2013

SCHIAPARELLI, LA SURREALISTA

Elsa Schiaparelli fue una diseñadora de moda italiana, que nació el 10 de septiembre de 1890 y falleció a los 83 años, el 13 de Noviembre de 1973.
Elsa es la gran olvidada, ya que su nombre no siempre se menciona entre los grandes creadores de la historia de la moda, pese a ello fue una gran diseñadora atípica que ejerció una gran influencia sobre todos sus colegas, aunque su nombre no haya permanecido como firma, hasta nuestros días, salvo de forma testimonial.
 
Artista de vanguardia y feminista declarada, Elsa Schiaparelli revolucionó el vestuario femenino y contribuyó al progreso sin cesar. Sus influencias surrealistas, el colorido empleado y su ropa deportiva, desarrollada entre 1920 y 1930, son maravillas de la modernidad. 
 
Schiap, como la llamaban sus amigos,  nació en Roma en el seno de una familia adinerada, vinculada a la cultura y las ciencias. Estudió Filosofía y Letras en la Universidad de su ciudad natal, y sorprendió desde un principio al publicar un escandaloso libro de poemas eróticos al terminar su carrera.
 
Se marchó a París y allí se casó, a los 18 años, con el conde William de Wendt de Kelor, con quien instaló en Nueva York en 1921 -empapándose, de paso, de toda la modernidad de esa ciudad en plena ebullición- hasta que nació su hija. A poco de nacer ésta, el conde las abandonó y Elsa se trasladó a París, donde se instaló con su hija, sin tener trabajo.
 
Con ayuda de su familia abrió su primera tienda en 1927, llamada “Pour le Sport” (Para el Deporte) donde expuso suéters tejidos combinados en blanco y negro, con un gran lazo blanco y otros modelos. La creadora compartía su dinero con una familia armenia que convertía sus diseños originales en ropa tejida perfectamente confeccionada. Los almacenes americanos Strauss, al ver aquellas elegantes prendas deportivas, encargaron cuarenta unidades y la revista Vogue las incluyó en sus publicaciones. Meses más tarde, Elsa Schiaparelli vuelve a arremeter con sus diseños en sweaters, pero esta vez con motivos modernistas.
 
Retomando sus antiguas amistades parisinas, retomó contacto con artistas de los movimientos artísticos que bullían en aquellos días, como Francis Picabia, dadaísta, o Marcel Duchamp y Man Ray, del Surrealismo.
Animada por sus amigos y el éxito obtenido con su pequeña tienda, Elsa inauguró una elegante boutique en París, en plena Rue de la Paix, calle vecina a la Place Vendome donde más tarde se instalaría Coco Chanel y que permaneció abierta hasta 1954, cuando se negó a aceptar los cambios introducidos en la moda después de la II Guerra Mundial.
 
¿Por qué no quiso unirse a las corrientes de estilo que marcaban la nueva época? Porque ella siempre una contestataria, navegó contracorriente y priorizaba sus inclinaciones artísticas por encima de las financieras. Lo llamado 'comercial' iba en contra de sus principios y sentimientos.
 
Elsa Schiaparelli fue la diseñadora del Surrealismo, y trabajó codo con codo con Salvador Dalí, la diseñadora Leonor Fini o Jean Cocteau; el genio de Cadaqués incluso diseñó para ella una enorme langosta que ella plasmaría en su célebre Lobster Dress. También es muy famoso su sombrero-zapato, detrás del cual está, por supuesto, la calenturienta surrealista mente de Dalí.
Elsa mantenía su boutique parisina con bastante éxito gracias a sus innovadoras propuestas: gruesos jerséis tejidos por refugiadas armenias, combinaciones de color inauditas para la época, uso de tonos vibrantes, pasión por las cremalleras a la vista y botones, pero cuando dicen que eso no se lleva, que la tendencia es otra, cierra la tienda y se acabó.
 
Esta original diseñadora creó una nueva y atrevida elegancia inspirada en el arte y que tenía mucho de teatral y cinematográfico. Usó celofán, trabajó con acrílico, hizo camisetas de rayón "Jersela" y otro rayón con hilos de metal llamados "Fildifer", fue la primera en introducir materiales sintéticos en alta costura. También incorporó metal a su ropa, fue la creadora del vestido envolvente y también la precursora del rayón arrugado 50 años antes de Issey Miyake. En 1930 creó la primera chaqueta de gala y los primeros vestidos con cremalleras visibles de colores.

Coco Chanel la definió como "esa artista italiana que diseña ropa" ya que era su máxima competidora en aquel momento. Mientras Chanel optaba por la austeridad, Schiaparelli se esforzaba por crear prendas más llamativas, llenas de detalles, con cortes y colores innovadores.
 
Elsa murió en 1973, pasando sus últimos días entre París y Túnez.
La casa Schiaparelli reabrió en 1977 dirigida por un equipo de diseñadores, y hoy continúan vendiendo perfumes y accesorios de una manera bastante testimonial. De cualquier forma, su legado lo podemos apreciar en todos esos visionarios de la moda (John Galliano, Vivienne Westwood, Jean Paul Gaultier, Viktor & Rolf) que continúan rompiendo moldes, aunque menos que los que rompió Elsa hace 80 años.

1 comentario:

Margarita dijo...

pues para ser de los años 30, algunos diseños son de lo más actuales. Los botines sobre todo y las chaquetas. ¿Por qué esa falda de piel no puede ser de un visionario actual? Peores cosas he visto.
Y los trajes de noche son una preciosidad muy retro y elegante.
Esta mujer fue un genio ¿o debería decir genia?... No lo se.