El 'todo en uno', o el también llamado 'mono', es una de las pocas prendas que cien años después de su creación puede presumir de llevar una doble vida: la original, la del trabajo duro; y la de tarde o nocturna, es decir la de ir de compras o a trabajar y la de las fiestas y celebraciones nocturnas.
El mono surgió (y se mantiene) como una prenda de trabajo a principios del siglo XX. Resistente, cómodo y plagado de bolsillos, pronto fue adoptado durante la Segunda Guerra Mundial por los pilotos y por las mujeres, que se enfundaban el 'todo en uno' por primera vez para hacer frente a las duras tareas a las que se enfrentaron en aquella época.
A finales de los 60 se empezaron a ver por muchos escaparates pero yo al ser tan alta y delgada pensé que aquel tipo de traje aún me haría más 'palo'. Sobre 1977-78 me enamoré de uno que había en una tienda de Mariano Cubí. Tras varios días de mirarlo, entré, me lo robé y... ¡me venía corto de piernas!; pero me gustó como me quedaba. No me hacía más alta, me hacía lo que era: un palo.
La pequeña tienda, que acabó teniendo 6 grandes tiendas en Barcelona, tenía confección y, por el mismo precio me hicieron uno a medida.
Lo recordaré siempre: era de color canela con el cuello, los puños y el ancho cinturón en color beig. Cuando lo estrené me sentí tan cómoda y favorecida que 15 días más tarde encargué uno azulón mucho menos sport que el primero. Luego vino el negro de crèpe, el amplio blanco con topos negros, uno color vino... Creo que durante los siguientes 15 años, y aunque la moda fuese variando, cada verano y cada invierno estrenaba uno de los 'todo en uno' de Lola. Un día, pregunté qué modelos iban a hacer aquel año y Lola me comunicó que ninguno. El 'mono' había dejado de llevarse. ¡Que fastidio, con lo cómoda que iba!...
La primera versión ‘moda’ del mono fue de Elsa Schiaparelli, e imitaba a los utilizados durante la guerra en un vivo azul y con capucha, pero su momento de apogeo no llegó a finales de la década de los 60 y se llevó como ropa de diario hasta principios de los 90. A partir de entonces, el armario femenino le dio un respiro de casi 20 años, hasta que en 2008 Stella McCartney volvió a hacer de él un perfecto sustituto al vestido de noche.
A partir de esa 'recuperación' han vuelto los monos para llevar a cualquier hora del día y de la noche pero yo ya me he 'desmonotizado'. Lola, que era la diseñadora y alma de la marca, se jubiló y las dos tiendas que, en la actualidad, quedan ya no tienen confección y venden lo mismo que el resto.
A partir de esa 'recuperación' han vuelto los monos para llevar a cualquier hora del día y de la noche pero yo ya me he 'desmonotizado'. Lola, que era la diseñadora y alma de la marca, se jubiló y las dos tiendas que, en la actualidad, quedan ya no tienen confección y venden lo mismo que el resto.
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