LAMPARAS "TIFFANY"

Las lámparas de las que voy a escribir seguro, seguro que muchas las habréis visto en casa de vuestras abuelas ya que la primera lámpara "Tiffany" fue creada en 1895.
Pese a llevar su apellido, el artífice no fue Louis Comfort Tiffany, diseñador industrial conocido por sus trabajos en vidrieras emplomadas, sino una artista artesana llamada Clara Driscoll, que diseñaba y fabricaba estas lámparas hechas completamente a mano y que, con el paso de los años, han resultado ser las más fieles representantes o exponentes del llamado "Art nouveau".

 

A principios de 1900, cuando estas obras de arte empezaron a ser conocidas -ya eran muchos los artesanos que las fabricaban, el Sr. Tiffany entre ellos, y se produjo su auge- fueron pensadas para ser adquiridas por las clases altas. Según he leído, su precio era bastante elevado debido a que eran precisas muchas horas -unas 60 para una pieza media- para su elaboración; por tanto sólo podían ser adquiridas por gente muy pudiente.
 

Fijaros si están valoradas esas lámparas originales, de hace ya 200 años, que actualmente se han subastado y vendido por auténticas millonadas de dólares.

Con el paso de los años se han ido realizando copias imitando las clásicas, mucho más económicas y,  en la actualidad, es posible comprar lámparas de mesa de este tipo por menos de 100 euros. A ese precio siempre podemos decir que era de nuestra abuela, aunque no creo que 'cuele'.
 

No lo había dicho pero como podéis ver en la fotos, estos delicados y decorativos elementos están realizados a base de cristales de colores soldados entre sí mediante plomo.

Es necesario destacar que existen numerosas clases dentro de las Tiffany, algunas con motivos más trabajados (imitando a las antiguas Tiffany victorianas), otras con figuras geométricas más sencillas, o de diseño mucho más moderno, pero en la base todas responden a lo mismo: iluminación a través de cristales de colores.

En nuestros días, podemos encontrar múltiples variedades de lámparas de techo, apliques de pared, de pie o de sobremesa; por lo tanto si nos gusta este tipo de elementos decorativos y de iluminación, tendremos que estudiar qué formas y colores se acomodan mejor a la decoración existente. El resultado siempre será el mismo: una iluminación, cálida, tenue y acogedora, lo que para dar un punto de luz a un rincón puede resultar idóneo.