Odio entrar en una casa donde en la estantería o biblioteca se ha colocado medio metro de libros con lomo rojo, seguido de metro de medio de libros de lomo azul y así sucesivamente. Me parece horroroso y de mal gusto con ínfulas.
Si la estantería es amplia, lo bonito y agradable a la vista es alternar los espacios entre libros de distintos tamaños y colores con otros objetos decorativos. Si la estantería es pequeña, debemos condenar a otro lugar los libros menos utilizados, apreciados y, sobre todo, los que tengan menos importancia decorativa y dejarla con algún que otro espacio vacío, como para que la habitación respire.
Colocar platos decorados, jarrones, teteras, distintas estatuas, portarretratos, algún pequeño cuadro, cajas decorativas o cualquier figura de cristal entre los libros y los espacios... romperán la monotonía, darán color y vivacidad al ambiente y desahogará el mueble.
Si no queremos recargar la estancia, sobre todo las más pequeñas, lo que debemos hacer es no sobrecargar de libros las estanterías; elementos visualmente muy pesados.
Muchas veces un toque minimalista nos puede venir muy bien para dar armonía ambiental y ampliar visualmente una habitación de dimensiones no muy grandes.
Muchas veces un toque minimalista nos puede venir muy bien para dar armonía ambiental y ampliar visualmente una habitación de dimensiones no muy grandes.
Otro toque respecto a los libros es que no es necesario que estén todos verticales y rectos, colocando algunos inclinados les estamos dando interés y protagonismo, como si los hubiésemos consultado recientemente.
Los libros inclinados inspiran acción, movimiento, no algo estático que solo sirve para sacarle el polvo.
También podemos alternar algunas pilas compuestas por cuatro o cinco libros en horizontal y colocar un objeto decorativo encima, eso no dará un contraste de formas y de movimiento. Por último, un par de plantas colgantes acabarán dando la vida necesaria a esa estantería que acapara gran parte de nuestro salón y es lo primero que se nos viene encima al entrar en él.
Los libros inclinados inspiran acción, movimiento, no algo estático que solo sirve para sacarle el polvo.
También podemos alternar algunas pilas compuestas por cuatro o cinco libros en horizontal y colocar un objeto decorativo encima, eso no dará un contraste de formas y de movimiento. Por último, un par de plantas colgantes acabarán dando la vida necesaria a esa estantería que acapara gran parte de nuestro salón y es lo primero que se nos viene encima al entrar en él.
En una estantería hay mucho con lo que jugar, menos con los metros de libros comprados al peso.
1 comentario:
Que bien, has dado unos consejos que yo aplico en casa. Cuando tenía la estantería repletita se nos venía encima; ahora, como bien dices, respira. Antes como máximo jadeaba de puro sobrepeso y agotamiento. Ja, ja.
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