-CARÁTULA DEDICADA A LA MUJER AFRICANA. UNA DE LAS MUJERES MÁS OPRIMIDAS, MÁS MALTRATADAS, VEJADAS Y MENOS RESPETADAS Y VALORADAS POR SU SOCIEDAD; PERO, POR DESGRACIA Y VERGÜENZA, HAY MUCHÍSIMAS MAS-

viernes, 20 de septiembre de 2013

LAMPARAS COLGANTES

Vaya por delante que nunca me han gustado las lámparas de techo, aunque reconozco que en una estancia grande lucen y decoran a la perfección. Siempre he preferido las luces laterales salvo sobre la mesa de comedor, donde es necesaria una lámpara de techo o unos buenos focos, en el resto nada. Techos limpios.
En distribuidores o pasillos, de nuevo focos empotrados o minimalistas plafones bien pegados al techo. Esa ha sido siempre mi tónica o manía.
 
En mi casa actual no hay una sola lámpara colgante, la que tenía sobre la mesa de mi antigua casa no la he instalado. Era y es una maravilla que debe valer un dineral -se lo que costó hace bastantes años y seguro que ha subido de precio- ya que está formada por una especie de láminas alargadas y desiguales, de unos 30 cm, en cristal de Murano; pero el limpiarla era toda una odisea. Debía desmontarse pieza a pieza, lavarlas y volverlas a colocar en el mismo orden para que la cascada no se viese alterada. ¡Una labor de chinos que acometíamos dos personas una vez al año! O cada 9 meses, ya que aquello era peor que un parto.
 
Ahora hay lámparas para todos los gustos, pero las clásicas o barrocas son las que más llaman mi atención, aunque no mi devoción. Ante una posible obligación, prefiero las formadas por lágrimas de cristal.
 
Hay que tener en cuenta que, al entrar en la estancia, la lámpara colgante va a ser lo primero que vamos a ver; por lo tanto hay que elegir bien el modelo que se acomode -o rompa totalmente-. con el estilo existente. Para una buena lámpara de techo, las medias tintas no valen, y una lámpara mediocre desmerece todo su entorno.
 
Si la lámpara la colocamos sobre una mesa de comedor la distancia como mínimo, desde el punto más cercano a la mesa hasta la misma, debe ser de unos 80 centímetros, por lo tanto vigilemos bien las medidas de nuestros techos y de la lámpara elegida, también de la mesa sobre la que vaya a ir colocada. A más amplia mesa, mayor radio o largo de lámpara y viceversa. 
 
Si nuestra elección fuese la lámpara de cristal del tipo "Elysée" -que sería mi caso-, una lámpara luminosa y de aspecto refinado y delicado, debemos tener en cuenta que la más pequeña tiene una altura de 80 cm., lo que no la hace apta para la mesa del comedor salvo que los techos de nuestra casa sean lo suficientemente altos; pero sí nos puede servir para colocarla en un rincón del salón, que no sea de paso, y sobre una mesa baja. Tras eso... ¡a limpiar! Aunque estas parecen más fáciles de mantener que la mía, que está guardada en una pesada caja, depositada en el trastero y que, el día menos pensado, venderé.

1 comentario:

Silvia Rojo dijo...

Pues para que nadie piense que tu comentario sobre medir mesas y techos no es ninguna tontería, te cuento.
Me enamoré de una lámpara para el comedor. Ya instalada la ví un poco demasiado grande, con el paso de los días la cosa fue a peor. Cada día crecía y crecía, pronto pareció más un platillo volante que una lámpara. No tardamos ni un año en cambiar ¡la mesa! En lugar de redonda fue ovalada. Ahora la lámpara queda perfecta pero una de las sillas queda a medio palmo del sofá. ¿Qué hago ahora, cambio el sofá y pongo dos silloncitos de juguete? Es muy bonita pero en mala hora no medí y la compré