LENCERIA A LA VISTA

Desde el siglo XIV, la moda ha diseñado artificios con los que esculpir el cuerpo femenino. Rellenos, corsés, crinolinas, sostenes... En un rincón del parisino Palais du Louve, estas prendas quedan al descubierto en la exposición 'La mécanique des dessous. Une histoire indiscrete de la silhouette', que se celebra en estas fechas en Paris.
 

Igual de indiscretas, las pasarelas se llenan esta temporada de prendas íntimas, más propias de la alcoba que de la calle.

 

¿Quién no recuerda a la sexual Liz Taylor en "La gata sobre el tejano de zinc" con su vaso de whisky y su combinación recién levantada de la cama?...
Pues aquellas combinaciones que lucía en tan famosa película son ahora la última moda: la llamada, tontamente, moda 'lencera'.

 

Yves Saint Laurent fue uno de los primeros diseñadores en dejar al descubierto los pechos de sus modelos en la década de los 60, pocos años después fue otro 'enfant terrible' de la moda gala, Jean-Paul Gaultier y sus famosos corsés-, quien popularizó el uso de la ropa interior como ropa de calle a comienzos de los 90 que, como recordaremos, rápidamente adoptó y popularizó Madonna.

 

A mi, me resulta un poco raro que esas incómodas y, digamos, 'tiranas' prendas interiores, que habían sido desplazadas como ropa interior encargada de esculpir el cuerpo femenino y sustituidas por prendas más ligeras, las dietas, el deporte y la cirugía, lleven ya algunos años volviendo a ser el centro de las curvas femeninas.
 

A esas prendas 'de tortura', este invierno hay que sumarles las transparentes, ligeras, pero cómodas, combinaciones que en los 50 usaban nuestras madres bajo sus vestidos o sus camisones de seda, que ahora lucen todo su esplendor como vestidos ligeros -'lenceros'- bajo pesados y largos abrigos o, nunca mejor dicho, a pecho descubierto.

 

La ropa interior forma parte de todas las colecciones de los diseñadores actuales, sus propuestas están plagadas de transparencias firmadas por Dolce & Gabbana, Rodarte, Maya Hansen, Marcs Jacobs, Alexander Mc. Queen e, incluso, en la delicadísima femineidad de Valentino. Todas las grandes firmas sucumben a la moda 'lencera'. Yo, desde luego, no.

 

¿Qué será lo próximo que se les ocurra a tan creativos modistos? ¿Sacarnos a la calle en pijama?... ¡Ah, no, que eso ya lo ha hecho Louis Vuitton! Pues, sinceramente, no sé que les queda...