Saber envejecer con naturalidad y orgullo es una cualidad muy poco valorada en la sociedad actual, más aún si vives de tu imagen. Así podemos ver a actrices de Hollywood, no tan mayores, que se han convertido, en pocos años, en máscaras grotescas de si mismas. Michelle Pfeiffer, Cybill Shepherd o Goldie Hawn -sobre todo esta última- son un buen ejemplo. Están tan 'reparadas' que cuesta saber si son realmente ellas o una copia -mala- del Museo de cera de Madame Tussauds; por no hablar de Nicole Kidman, que gracias a su adicción al bótox consiguió tener rostro de estatuilla de Lladró antes de los 40 años. 
No ha pasado eso con los icones de los años 60, unas han envejecido de forma natural -Brigitte Bardot o Jane Birkin-, otras con pequeños retoques -Twiggy- y la actriz Faye Dunaway como gran defensora y progagandista de las virtudes de la cirugía estética. Solo hay que verla, cualquier parecido es pura coincidencia.
Lo más tonto o triste es que puedes retocarte o 'repararte' todo lo que quieras pero el escote, los brazos y las manos proclamarán tu edad de forma irreparable; no digamos ya el andar... ¿Para qué entonces mentirse a si misma y quedarse con la tersa y reluciente cara de una muñeca hinchable?... Sinceramente, no lo entenderé nunca.
Gwyneth Paltrow parece que es mi misma opinión ya que a sus 41 años -mandan narices, yo a esa edad no tenía ni una arruga, ni una mísera pata de gallo- asegura “no haber pasado por quirófano y que prefiere envejecer como las actrices francesas: cigarrillo, copa de vino y simplemente, disfrutar de la vida”. Debe de ser de las pocas o la única actriz actual que piense de este modo.
3 comentarios:
Natural, siempre natural, nada de cirugía ni de botox. Actualmente hay muchas buenas cremas para nutrir la piel y retrasar el envejecimiento pero cuando llega la arruga hay aceptarla con alegría. Y nunca abusar del maquillaje en el rostro y en los ojos, eso siempre envejece y empiezas a tener pinta de fulandrón.
Estoy con Rosa, cuidarse si; operarse no. Al final todas tienen la misma cara, los mismos morros salchicha y la misma falta de expresión. Bisturís go home.
Natural. Los quirófanos, por desgracia, son para cosas serias y de necesidad, no para estupideces de mujeres algo cortas de intelecto.
Salvo a las actrices que viven de su físico y a cuatro más.
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