VUELVE EL OP-ART

Aquello de la primavera con sus colores brillantes, chillones y sus clásicos estampados de florecitas han pasado a la historia; a la historia de esta primavera, de la próxima ya veremos.

A mi como eso de los floreados hace muchos años que dejó de gustarme, agradezco este giro temporal hacia estampados menos agresivos a la vista, y muchas veces, al buen gusto.

 

Esta temporada, la industria de la moda ha decidido que se juegue sobre el tablero de las damas y el ajedrez. Las formas geométricas estampan las prendas en blanco y negro imitando las experiencias visuales que durante los años sesenta crearon los artistas de la generación del movimiento 'Op Art'.

Rayas, cuadros, zig-zags y resto de variantes estampan bolsos, pantalones, camisetas, vestidos y todo tipo de complementos.

 

Pero esta tendencia, o mirada hacia al Op-art, no se ha quedado simplemente en la calle y ha entrado directa por las puerta de nuestras casas.

Se acabaron las pantallas blancas o negras, los stores lisos o los cojines 'rompedores' para dar un toque de color al salón. Ahora se llevan la decoración en blanco y negro y muy minimalista.

 

En este apartado debo reconocerme como una avanzada ya que mi casa, desde hace bastante años, está toda decorada en blanco y negro; aunque de minimalista tiene poco, más bien todo lo contrario.
Si me apuráis, la 'sobrecarga' habría que multiplicarla por dos; pero, eso sí, ni una flor ni un cojín que no sea en los colores señalados. ¡Precursora de la 'moda' que es una!

 

Pero, ahora que he echado un vistazo al salón... lo malo son las pantallas de las lámparas que son lisas y ahora se llevan rayadas... Eso no me hace estar a la última y me preocupa (ironía)... Bueno, todo tiene solución. Será cuestión de comprar un rotulador indeleble de color negro y... ¡a modernizarse toca!
Si me falla el pulso, no pasará nada, quedarán como los cuadros psicodélicos del Op-Art.