

Fijaros en ese lavamanos de "Abisko" donde el agua corre como en una fuente y cae directamente al desagüe que está instalado en el suelo. No me digáis que no es original. ¿Práctico?... Eso, no lo se.

No me imagino la sensación del acero sobre nuestro cuerpo durante un relajante baño, y como en el fregadero de la cocina no quepo tampoco puedo probarlo..., pero estéticamente me gusta, es como muy fururista.
Lógicamente no me paro a pensar en los cercos que dejará el agua y en las huellas que dejaremos nosotros, pero teniendo siempre a mano una docena de botellas de "Cilling Bang" todo solucionado.
¡Eso, dicho sea de paso, si fue todo un descubrimiento!

Si, pese a mi enorme esfuerzo, aún no estáis convencidas con la ventaja de un baño con rojos envolventes, mirad lo feliz que es el gato artista -Ninja- de nuestro "Miau, que blog". Fue ver la amplia ducha con las paredes rojas y relajarse por completo. ¡Todo un éxito, al menos, felino!
3 comentarios:
Lo mejor de este post, el gato.
¡Jo, que chasco tan gordoooooooo!... Lástima que tengas razón. Jajajaja
Venga no nos tomes el pelo, el lavabo ese es el tobogán del gato de abajo. ¿A que si?... Ya sabía yo que eras muy animalera. Jajaja.
Lo siento, a mi no me has convencido. Inténtalo con verde fosforito y sin acero cacerolas, a lo mejor pico.
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