El espejo es el mejor recurso decorativo para dar amplitud y luz a una habitación. Hace años se puso de moda forrar con espejos una de las paredes del salón, del recibidor y hasta de parte del pasillo.Esa opción nunca me gustó, siempre he preferido los grandes espejos con marco que 'respiran' sobre la pared. Para mi es preferible colgar varios a distintos niveles y de distinto estilo que uno de pared a pared.
Una amiga tiene la pared más grande del salón llena de distintos espejos antiguos, en ese caso son todos del mismo estilo; los hay grandes y pequeños, horizontales y verticales, colgados a diferentes alturas y le queda francamente bien.
Actualmente observo que la tendencia son los grandes espejos con marco clásico apoyados sobre la pared o colgados a 10 cm. del suelo. Esa es una nueva opción a la que le veo poca gracia salvo que sean enormes, como el lila de la foto.
También existen los troquelados con formas de grandes figuras de animales o flores, para ambientes jóvenes y modernos, que tampoco están mal; aunque dudo mucho que yo llegase a poner un oso o un enorme pingüino en cualquier rincón de mi casa, salvo en el cuarto de baño, por ejemplo... Ahí tendría un pase y puede que hasta su guasa, pero no me caben.
Está claro, en cuestión de espejos todo vale. Se utilizan hasta en la cocina y os aseguro que quedan de maravilla, todo es cuestión de darle a la imaginación.
En mi caso, he utilizado los espejos en la habitación, el vestidor y uno en cada pared del salón, para darle mayor amplitud visual y romper con la continuidad de los cuadros, que no son pocos. Solo en la pared del fondo no hay un solo espejo y eso es debido a que me equivoqué a la hora de la distribución. Como siempre, cuando has 'acabado' -en mi caso algo difícil, ya que lo mareo todo continuamente-, te das cuenta de que hubiese quedado mejor de otra forma, pero ya es demasiado tarde... los agujeros están hechos y no vas a dejar la pared como un queso gruyère o descolgar todo y pintar de nuevo. ¡Eso se queda quieto!
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