-CARÁTULA DEDICADA A LA MUJER AFRICANA. UNA DE LAS MUJERES MÁS OPRIMIDAS, MÁS MALTRATADAS, VEJADAS Y MENOS RESPETADAS Y VALORADAS POR SU SOCIEDAD; PERO, POR DESGRACIA Y VERGÜENZA, HAY MUCHÍSIMAS MAS-

jueves, 3 de octubre de 2013

SOFAS DE CUERO

Elegir un sofá es uno de los puntos más complicados de la decoración de un salón. Principalmente porque su coste es elevado y eso nos impide cambiarlo cada 'x' tiempo; debido a que ese importante elemento va a acompañarnos durante largos años, es importante tener claro lo que esperamos de ese sofá y cuál va a ser su vida útil estimada.
No es lo mismo comprar un sofá para pasar un año en un piso de estudiantes, o de la playa, que elegir el tresillo para la casa que nos acabamos de comprar o alquilar y donde vamos a dar comienzo a nuestra nueva vida solas o en pareja.
 
Personalmente siempre me han gustado los sofás de cuero, pero al tener siempre animales -perro o gatos- me he tenido que quedar con las ganas; aunque reconozco que, estos sofás, tienen sus ventajas y sus inconvenientes.
 
En mi opinión, la mayor ventaja de los sofás de cuero es su limpieza y mantenimiento, especialmente si el cuero es bueno y está tratado. Normalmente, basta con pasar un trapo ligeramente humedecido para retirar con facilidad el polvo y la mayor parte de las manchas. Si vemos que alguna se resiste, una toallita con crema hidratante como la de los bebés lo dejará como nuevo, incluso si es blanco. Eso sí, un par de veces al año deberemos proteger el cuero con una crema especial para tal efecto.
Otra de las grandes ventajas es su gran durabilidad. Un sofá de cuero puede durar muchos años “como nuevo”, mientras que uno de tela, a pesar de que podemos lavar las fundas, se deteriora y ensucia con mucha mayor rapidez.
Por último, tampoco hay que olvidarse de algo tan importante como el diseño y la presencia. La piel es un acabado noble que transmite esa nobleza al sofá y éste a la sala donde se instala. El empaque que da al salón es más que notable.
 
En el apartado inconvenientes, en primer lugar,  está su precio, que puede llegar a duplicar o incluso triplicar el precio de un mismo sofá tapizado en tela u otro acabado. Por otro lado, probablemente ese sobreprecio se amortice debido a la mayor durabilidad del cuero, pero es posible que en el momento de la compra no sea posible realizar ese desembolso tan grande.
En segundo lugar está la usabilidad. Aunque la piel es un material agradable al tacto, su uso habitual nos hace descubrir algunos peros, que se resumen principalmente en que es frío en invierno y caluroso en verano, amén de que su contacto prolongado con la piel desnuda hace que te quedes literalmente pegado.
 
De todos modos como no creo que hayan much@s encantad@s de poder  tumbarse en el sofá como Dios los trajo al mundo en el sofá y si no tenéis mascotas saltarinas y, sobre todo, si vuestro presupuesto os lo permite, no lo dudéis optad por un sofá de cuero,  no os arrepentiréis y a la larga habréis ahorrado dinero.
 

1 comentario:

Carmen F. dijo...

Otra cosa que me gusta: ¡Ese precioso sofá rojo! Que maravilla, claro que en mi casa cantaría como una almeja después de estar una semana fuera de la nevera.
¡Que pena no ser millonaria!!!...